Meret Oppenheim. Poemas en prosa y verso.

Algunos poemas* en prosa y en verso de Meret Oppenheim (Berlín 1913- Basel 1985), la gran artista visual vinculada al surrealismo y, en general, al arte de vanguardia del siglo XX. Preparé las versiones a partir del libro Husch-husch, der schönste Vokal entleert sich -homónimo de uno de sus cuadros icónicos, dedicado a Max Ernst–, recopilación de sus textos realizada por Suhrkamp en 1984.

Imágenes tomadas de AnOther y de Wien ORF.

Verano

El león apoya su nariz sobre la orilla de la mesa
A su derecha y a su izquierda
Dos ninfas levitan
Le acarician las mejillas con blancas plumas
En sus ojos hay jaulas empotradas
En las jaulas ríen las brujas
Con sus ojos de faisán
Con pestañas de pavorreal
Con sus cabellos blancos
Con su pecho de piedra
El león ríe
Y sus colmillos de oro se iluminan
Desde que emerge el sol hasta su puesta.

*

Otoño

El ave estalla sin sonido alguno y de su vientre se eleva
Una fuente saltarina de plumas doradas
Los hongos se liberan del suelo y levitan
llevados por el aire caliente
hasta las nubes
en las nubes ríen las brujas
con sus ojos de faisán
con sus ojos de pavorreal
con su blanco cabello
con sus pechos de piedra

*

Las praderas y el bosque son apenas visibles, la niebla oculta los campos, en ellos los ánades en olvido dejan caer su semilla. El sol de la noche se tiende en una nube de tono miel.

Pende su mano esquelética y a través de sus dedos mana la sombra en ondas. Un cazador confundido, a la orilla del bosque, pide a los ciervos un vaso de agua.  Todo tan en silencio.

*

¡Oh sombrero grandes orillas en mi futuro!

Cómo brotan las flores, el cielo se da vueltas sobre el mar. Los peces llevan su velo y sin lastimar a los corales, se afanan prestos de piedra en piedra y chupan la miel de las medusas, para llevarla en burdos tablones a su rey. Sus bastoncillos dorados le trepan de arriba hacia abajo, los anillos giran en torno de su ancha testa. Sus pies son mimados por sus manos, y el mismo sol calienta su corazón.

*

Siempre despabilado, siempre olfateando el cuenco de vinagre sobre la mesa de la esperanza.

Está vedado a las mariposas el sonar la alarma, y a las nubes abrir el portal que conduce a sus salas oscuras.

El aire es pesado. Si la tierra se abriera justo ahora, descenderían a ella los ángeles cubiertos de salitre, bajo el látigo de la barbuda arpía.

¡No llores, muchacho! La sangre no conoce maestros, la sal atrae a la lluvia y el día no está muy lejos, ahí donde el crimen cantará entre los árboles, donde la peste, en su manto matutino, vendrá a auxiliarnos a defender nuestros derechos.

*

Escuchas rugir a los leones
unidos consumidos en estigma
El día los ha vencido
sin retorno.

*

Cual si despierto mirar escuchar en el sueño

Astor lo veía escuchar en el sueño. Lo observó durante un tiempo con los ojos – para luego tenderse prestamente en el viento, bajo el ramo de rosas floreciente, tan rápido que pasó un tiempo hasta que vio llegar, en dirección contraria, sus orejas de artificio. Pero no se los tomó a mal y las fijó, luego de un breve cavilar, a la última carta de su madre o al tronco nudoso del edificio Rockefeller. Al momento de alzar los ojos contempló, que un par de ventanas de la casa se habían inclinado y le hacían señales. A pesar de que sabía que el erizo, en el interior de la casa, cada vez era más gordo, y que sus púas comenzaban a rasgar la piel del niño, sí que había creído hasta ahora que aquél recularía asustado, de echar las ventanas en el desierto y de cazar en la garganta abierta del Etna. Entonces –ya caían las primeras gotas, y de su funda mortal descendían una ventana tras otra, dejando atrás por lo menos un barco entero de excremento de pájaro. Astor se cubrió con una madriguera de topo transparente, se dirigió a los lugares de la desdicha.

Viravorabilis:

Hundido en sus pensamientos, Astor se había acercado a su terruño. Se tendió en el suelo y se quedó pronto dormido. Al despertar al día siguiente, estaba colgado en un gancho de ropa ajeno. Encontró en la bolsa una tarjeta de presentación, en el que estaba impreso su nuevo nombre: Caroline.

*Estas versiones y el uso de las imágenes fueron realizados sin fines de lucro. Para cualquier aclaración, tome contacto conmigo. *Diese Versionen und die Verwendung der Bilder wurden auf einer nicht gewinnorientierten Weise erstellt. Wenn Sie Fragen haben, können Sie mich gern kontaktieren.

Autor: Daniel Bencomo

Nací en 1980 en San Luis Potosí, México. Leo y de tanto en tanto escribo poemas en español. También los traduzco del alemán.

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