Estos poemas aparecen en la revista Die horen, traducidos al alemán. «Cementerio de baterías» apareció en la antología País imaginario (Trifaldi, 2018); «Here come the wild ones» es inédito; «Tú está en una ballena…» está en el libro La mutación de lo en lo (2018, Cuadrivio).
CEMENTERIO DE BATERÍAS[1]
(Una primera versión aparece publicada en la Antología País imaginario. Escrituras y Transtierros. Trifaldi, Madrid, 2018.)
En el traslado a otros cuerpos, moldeados en agua mecánica,
en el torno que talla los músculos, en su girar a lo suave
los pixeles se incendian
en la biósfera del medusario:
nitidez más delgada, nitidez de una traza en el hielo:
su ácido hiere, raya el cuerpo con errores políticos
pone a golpe de opinión pública:
contusiones, balas de goma en el rostro,
se quiebran zonas de contención, flujos de migrantes,
de violencia en el pulso
sobre el tañido en confusión del doping
you watch America off in the distance
el hemisferio dislocado, el cuerpo en la mirilla:
la ráfaga de tiempo cubre a tres incinerados
en zonas voltaico-paranoides, en un decir tribal inane
una falla en las alarmas
copula con la arquitectura,
la caries se expande en las reservas forestales:
you learn the language
que no está, que no se ve, que ha sido engastado
como la palabra rubí.
Al margen de esto, ¿qué hacer
para evitar el tráfico de la palabra a la imagen,
hacia lo afónico en la imagen?
poco, baja gravedad y más memoria en el espacio;
las fotos digitales comen gigas forestales
you learn the language
y llegas ahí, como a un extenso manicomio de caballos:
se fuga un pony por un sector de fungi eléctrico
en un lejano cementerio de baterías:
al igual que un micrófono
que graba el canto de la lluvia digitando
you have America at the back of your minds
cogitando
cómo una foto consume una selva
con su ojo de esmeril que bruñe cuerpos
y vocales
que luego rasgan más troncos.
En el traslado a otros cuerpos, a nuevas potencias, un viejo vecino,
con un fósil de alosaurio en Arizona
te platica de los búnkers recientes
en Estados Unidos mientras roba tus zapatos.
[1] Las notas en cursiva provienen de la pieza sonora «The American Gift», de Vito Acconci.
HERE COME THE WILD ONES
Vamos de pizca.
Cebollines salvajes
en un bosque domesticado.
Abrimos el hocico
en el claro de luz de nuevas profilaxis
sobre un viejo asador para el público
tal faquires adictos a la aurora invernal.
El búfalo interior embiste
bacterias ilustradas
en este cultivo orgánico:
algo se conjuga del futuro,
produce comezón en la pupila.
A contraluz de la trucha diamantina
(similares a ella) esquivamos residuos atómicos
en la armonía del litio extraído, importado
que se junta en las olas
del himno a la alegría.
Frente a los cotos de hierba de Schiller
se borran los cartílagos
reflujo verbal colma los vasos del cuerpo.
Todo detrás de la valla de púas
como liebres de pascua
en hipnosis de un rastro tonal.
Leipzig, 2016
Estás adentro de una ballena, estoy adentro de una ballena
y quizá todos lo estén, adentro, de. La otredad, diría el poeta, está en otra ballena. Un sicario lo decía, ya te tragaron. Plancton en flor. ¿Cómo nos comunicamos? ¿Con los chorros que escurren por el lomo plateado? Micción intensa contra canto extenso: ¿La cópula de gotas algo significa? ¿Sabemos tanto de la gota?
Sacan fotos los turistas en la playa.
Qué hacer con tu grasa de cetáceo y de fábrica: señales para ahogados.
Tú opina lo contrario: nadie sabe, nadie supo, qué tanto es lo que puede un cuerpo. ¿Del hombre o su ballena? Traza el graffiti estomacal, fuerza oscura en la penumbra oscura, no es tu risa, Jedi, es tu caries.
De La mutación de Lo en Lo (2018, Cuadrivio)